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viernes, 19 de febrero de 2021

109. Te equivocaste de casa, villano

 Capítulo 109


—Nos vemos, Hestia.

—Adiós, Unni.

Hoy no tenía que ir a la casa Crawford a cuidar al Sr. Bastian. Como era su día libre, Anne-Marie aprovechó para ir a la tienda a comprar comestibles.

Eran alrededor de las 3 de la tarde y el clima era bastante templado.

Anne-Marie caminaba por las calles tarareando una pequeña melodía para sí misma.

—Oh, hola, Srta. Anne-Marie.

—Buenas tardes, Sra. Ronan.

—Es tu día libre, supongo.

—Sí, voy a pasar por el supermercado.

—Ya veo. De hecho, vengo de allí, las coles eran baratas hoy.

—¿En serio? Entonces compraré algunos también. Gracias por decirme.

Mientras caminaba, disfrutaba del tiempo libre que tenía, saludando a los vecinos con los que se encontraba en la calle y también observando a los gatitos que habían salido a caminar.

Definitivamente tuvo mucho más tiempo libre después de dejar su trabajo en la clínica. Por supuesto, fue muy gratificante atender a los pacientes en la clínica pero también fue muy agotador porque no había tiempo para descansar.

En contraste, su trabajo como cuidadora de Bastian ciertamente le dio menos trabajo en comparación con la clínica y estaba ganando casi el doble del salario.

Después de mucho tiempo de pasar por varias complicaciones, se sentía bendecida.

Aunque las palabras y acciones de Bastian fueron algo espinosas, ella sabía que él se tomaba sus circunstancias en serio y la cuidaba de muchas formas.

También estaba agradecida con Kalian Crawford.

Él fue quien la introdujo en un trabajo con tan buenas condiciones y le permitió vivir una vida cómoda. No sabía lo que él veía en ella para darle esa posición, pero sentía que quería devolverle esa confianza.

Mientras esos pensamientos pasaban por su mente, rápidamente llegó a la tienda de comestibles.

Antes de que entrara en la tienda, las coloridas frutas que se exhibían en el exterior llamaron su atención.

—Oh, Srta. Anne-Marie, hoy llegas más temprano de lo habitual.

Como era de esperar, el empleado de la tienda recordaba la cara su rostro tanto como el de Yuri. Bueno, en primer lugar, las dos tenían una apariencia difícil de olvidar.

—Si ¿Ya salieron los melocotones?

—Hay mucha luz solar este año, por lo que la cosecha fue un poco antes. Son dulces y deliciosos, ¿te gustaría conseguir un poco?

—Estoy buscando algo más, así que voy a buscar por ahora y luego volveré.

—De acuerdo.— Le dio una grande sonrisa.

Anne-Marie estaba de mejor humor que antes y entró en la tienda. Los melocotones eran la fruta favorita de Hestia, así que pensó que conseguiría unas cuantas y las probaría y, si estaban sabrosas, volvería por más.

<<¿Debería darle un poco a la Srta. Yuri también? No sé si le gustan los melocotones>>

Sería bueno hacer mermelada con los duraznos e incluso si la usara para hacer tartas, estaría delicioso. El año pasado, su vida fue agitada por lo que no pudo disfrutar de tal relajación, pero sintió que podía permitirse un poco este año.

Además, ahora tenía una amiga que vivía justo al lado con la que podía disfrutarlo y relajarse. Una sonrisa rosada floreció en su rostro al pensar en Yuri.

<<Creo que será agradable tomar un té juntas cuando tenga tiempo. No puede ser tan grande como solía ser en mi antigua casa, eso sería demasiado pesado, así que solo unos simples bocadillos y un poco de té...>>

Por un momento, pensó en los tiempos en que vivía con su padre y su corazón se oprimió, pero se volvió hacia sus compras, tratando de pensar en cosas más agradables.

Y, después de comprar todos us artículos, salió de la tienda sintiéndose orgullosa de sí misma.

Los rayos del sol eran mucho más tenues en su camino a su casa. Las sombras en el suelo también eran mucho más largas.

Al igual que antes, Anne-Marie caminaba por las calles tarareando una pequeña melodía para sí misma.

Tal vez debido a la compra de algunos melocotones para darle a Yuri, su bolsa de la compra era más pesada de lo que solía ser, pero estaba de tan buen humor que ni siquiera notó ninguna dificultad.

—¡Ah!

Sin embargo, había un límite en cuanto a la capacidad de la bolsa de la compra y, finalmente, la fruta que estaba tirada temblorosamente en la parte superior se cayó.

Aún así, afortunadamente no fue un melocotón lo que se cayó, sino la naranja que el empleado le había dado como un sabroso bono. Así pudo evitar la desastrosa pero lamentable escena de un melocotón cayendo al suelo y aplastado.

Anne-Marie trotó tras la naranja que había avanzado unos pasos antes de detenerse.

*Paso.

Pero antes de que pudiera inclinarse y extender su mano, alguien más apareció frente a ella y la tomó.

—Ah, gracias.— Expresó agradecimiento y levantó la mirada.

—De ningún modo.

La voz baja y profunda de un hombre resonó tranquilamente, fundiéndose en la larga calle en sombras.

Al momento siguiente, los ojos de Anne-Marie se agrandaron cuando cierto rostro apareció ante su vista. El hombre de camisa blanca y pantalón negro le resultaba familiar.

El hombre se acercó a ella y la saludó.

—Nos encontremos de nuevo.

—Ah, s-sí. Hola.— Se inclinó la cabeza y le devolvió el saludo.

Lakis se acercó a ella y le tendió la mano que sostenía la fruta. Sin pensarlo, Anne-Marie extendió la mano para tomar la fruta que le estaban dando. Y sus dedos se tocaron ligeramente.

Al sentir los cambios que ocurrieron en su cuerpo en ese momento, los ojos de Lakis se entrecerraron levemente.

Su cabello dorado se agitaba suavemente con el viento y brillaba con un tono más oscuro bajo la luz del sol. Sus ojos azul claro estaban ligeramente escondidos debajo de su cabello y un brillo superficial brilló en sus ojos antes de desvanecerse silenciosamente.

Anne-Marie puso la naranja que le devolvió en la bolsa de papel. Entonces vio la mano de Lakis tendida frente a ella de nuevo y lo miró a la cara con interrogación.

—¿...?

Al ver eso, Lakis habló con indiferencia.

—De donde soy, dar la mano es una forma adecuada de saludar a alguien.

—Oh, ¿es así?

Ella rápidamente estiró su mano para tomar la de Lakis y lo saludó. Al instante, sintió como si algo se le hubiera escapado del cuerpo, pero fue muy breve, por lo que la sensación fue bastante fugaz. Simplemente inclinó la cabeza por un momento, luego pensó que se lo estaba imaginando y dejó a un lado sus sospechas. Solo había tomado su mano durante unos 2 o 3 segundos y no sintió ninguna otra rareza, así que no había razón para dudar de él.

—Debes volver de la tienda de comestibles.— Lakis soltó su mano de manera natural y habló en un tono suave.

—Si. Fui de compras, pero antes de darme cuenta, terminé comprando tantas cosas...

—Ya veo. Bueno, ten cuidado en tu camino.

—Ah, perdón...

Ella quería seguir hablando con él un poco más, pero Lakis se alejó rápidamente sin mirarla ni una sola vez.

Anne-Marie, inconscientemente, miró al hombre que pasaba junto a ella. Mientras miraba su espalda y la larga sombra detrás de él, de alguna manera, se sintió extraña.

Su tono y actitud eran extremadamente amables y educados pero, extrañamente, le dio una sensación de frío.

Así que tal vez por eso. A pesar de que su apariencia era elegantemente apuesto y del tipo que atrae buena voluntad, Anne-Marie se sintió un poco incómoda frente a él.

<<Ack, no debería estar pensando así cuando ni siquiera lo conozco bien.>>

Al momento siguiente, se sorprendió por sí misma y borró esos pensamientos de su mente.

<<... Ahora que lo pienso, todavía no sé el nombre de ese hombre.>>

Honestamente, una parte de ella quería preguntar sobre la vida amorosa de Yuri, pero dudaba en hacerlo porque no sabía si Yuri odiaba ese tipo de cosas.

<<...... La Srta. Yuri debería salir del trabajo pronto... ¿Será que ira a recogerla?>>

Aún era un poco temprano, pero recordó que Yuri le había dicho que su turno en la cafetería se había reducido.

Anne-Marie apartó la mirada de la espalda de Lakis y comenzó a regresar a casa; A su casa donde Hestia la estaba esperando.

El día fue tan tranquilo como cualquier otro día.

**************************************

—...

Un par de ojos fríos miraron hacia abajo, mirando fijamente la mano que sostenía la mujer con la que se topó hace un rato.

Como esperaba, esa mujer estaba en posesión de un poder curativo.

Cuando absorbió esos fragmentos de ruinas después de su lesión, su interior se volteó boca abajo por lo que su cuerpo había tardado en recuperarse, pero después de esa interacción, su cuerpo definitivamente se sintió un poco más ligero.

<<Oye, la habilidad de esa mujer debería ser un poco útil. Es un desperdicio dejarlo, ¿no?>>

De hecho, como dijo el insecto, sería mejor y más conveniente para él si pudiera tenerlo a su alcance cuando lo necesitara. Además, necesitaba a esa mujer si quería que su cuerpo se recuperara de inmediato.

Si él hiciera las cosas como naturalmente las hacia, entonces simplemente se habría llevado a la mujer y la hubiera encerrado en algún lugar para poder usar esa habilidad cuando lo necesitara, pero...

Yuri dijo que era su amiga.

Ahora había profundas arrugas en su frente. La última vez, cuando Yuri fue a hacer las compras al centro comercial vecino, también consiguió un regalo para esa mujer.

Cuando Lakis vio la caja bellamente envuelta y preguntó qué era, Yuri reflexionó un momento antes de decir que era un regalo de felicitaciones para una amiga.

Lakis se sorprendió un poco al ver esa palabra desconocida de su boca, así que le preguntó quién era. Luego, Yuri miró profundamente a los ojos de Lakis y dijo: "Anne-Marie, la chica que vive al lado".

—... Pensé que era solo una simple vecina.— Lakis estaba un poco molesto.

Su humor bajó aún más cuando recordó haber conocido a esa mujer de al lado.

De mal humor, Lakis se frotó la mano en la ropa como si estuviera limpiando los restros que esa mujer le dejo.

En este momento, la persona que quería llevarse y esconderse de los ojos y el alcance de otras personas no era Anne-Marie sino Yuri.

De alguna manera, Lakis sintió que todo lo estaba haciendo insatisfecho y se dirigió a su destino con el ceño fruncido.


1 comentario:

  1. ojalá no sea como en la novela... sería una gran decepción, actualmente.

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