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miércoles, 10 de febrero de 2021

42. Te equivocaste de casa, villano

Capítulo 42.


Podría ser el papel de los protagonistas masculinos participar en todos los eventos relacionados con la heroína en la novela, pero si algo salía mal en el medio y las cosas no procedían como la novela, Hestia sería golpeada por el carruaje.

La favorabilidad de Yuri hacia las hermanas era mucho más alta de lo que pensaba, por lo que no podía arriesgarse tanto.

—Entonces, me iré retirando.

—Nuevamente, muchas gracias por ayudar a mi hermana.

Entonces, de repente, Yuri se dio cuenta de que algo andaba mal en la conversación entre los dos protagonistas.

<<¿Huh? ¿No van a presentarse?>>

A diferencia de lo que ella leyó en el libro, y a diferencia de lo que se imaginó en el camino a la clínica, su conversación había sido algo punzante.

<<...... ¿No me digas que esto es porque tomé algunas partes del papel del protagonista masculino?>>

De alguna manera, eso parecía correcto y la sensación incómoda regresó, haciéndola levantar la cabeza nuevamente. Como agregar aceite al fuego, en ese mismo momento, Kalian se volvió para mirar a Yuri.

—Si vas a volver a casa ahora, permíteme acompañarte. Estoy seguro de que te sorprendió mucho lo que acaba de pasar...

—Sí, Srta. Yuri. Te sorprendiste, ¿no? Estoy tan contenta de que no te hayas lastimado.

Parecía que Hestia planeaba volver con su hermana después de tratar su pierna. La niña todavía tenía lágrimas en los ojos, pero sostenía el vestido de Yuri con su pequeña y linda mano.

—Yuri-unni... gracias.

En el momento en que Yuri se encontró con los ojos llorosos de Hestia, no tuvo nada más que decir.

<<Cierto…>>

Honestamente, no importaba si los dos protagonistas no se involucraban. La razón por la que trajo a Kalian Crawford a ver a Anne-Marie fue porque él era la persona más normal y confiable en este mundo. En la novela, era un hombre que protegía a la heroína de cualquier manera posible y le daba su dedicación y amor. Entonces Yuri pensó que si era este hombre, no le importaría permitir su reunión...

Además, pensó que otros podrían ser diferentes, pero en cuanto a los dos que fueron los protagonistas de la historia, tendrían una atracción fatídica desde su primer encuentro.

Pero ella parecía haber pensado mal.

Y si ese fuera el caso, Yuri no tenía intención de forzar una relación entre los dos. No es como si fuera una casamentera o algo así, sería inapropiado ser curiosa.

—Estoy bien, de verdad. Además, tengo algo más que hacer, pero agradezco la consideración.

Yuri rechazó la sugerencia de Kalian. Por supuesto, ella no tenía nada más que hacer, pero no quería que él la acompañara hasta su casa. Cuando ella se negó, Kalian ya no hizo la oferta.

Los dos salieron juntos de la clínica.

Afuera de la puerta, Kalian abrió la boca como para decir algo, pero después de una pausa momentánea, volvió a cerrar la boca. Yuri fue la primera en hablar.

—Me pondré en marcha, entonces.

—Tenga cuidado en el camino.

Se separaron frente a la clínica.

Cuando Yuri comenzó a caminar en dirección a casa, pero recordó algo.

<<Ah, ahora que lo pienso...>>

Algo repentinamente apareció en su mente y ella cambió su destino. El lugar al que se dirigía era la calle principal donde se encontró con Hestia.

*************************************

<<... Se parecen.>>

Pensó Kilan al recordar el rostro de mujer que conoció hace unos momentos. La tez blanca parecida a los copos de nieve y el cabello tan negro como la tinta. Incluso hasta el tono rojo de sus ojos.

Tan pronto como vio esa cara, fue golpeado con una fuerte sensación de déjà vu, como lo había visto en alguna parte antes. Con lo que Kalian la estaba comparando actualmente, era el retrato colgado en medio de la galería de la mansión Crawford. Cada vez que abría la puerta, lo primero que veía era la imagen de una mujer en la pared.

Expectativamente, el pensamiento lo molestó, por lo que miró hacia atrás sin rumbo fijo, pero la mujer ya había desaparecido de la vista, ni siquiera se podía ver la menor señal de ella.

Los ojos de Kalian se atenuaron ligeramente. Se sentía arrepentido por haber dejado que la dama regresara sola a si casa.

<<Creo que la llamaron Yuri.>>

Kalian repitió el nombre interiormente y comenzó a dirigirse hacia la plaza. Planeaba lanzar una investigación separada sobre la mujer que vio antes. Además, aún no había recibido el informe sobre el insidente del carruaje.

—O-hoh, ¿quién podría ser?

Justo cuando Kalian se acercaba a la plaza, una voz familiar sonó desde un lado.

—¿No es este el héroe del Este?

Al escuchar su apodo Kalian giró la cabeza y se encontró con la figura de un hombre sonriente de cabello castaño desordenado y un atuendo descuidado. Desde todos los ángulos, el tipo parecía alguien pobre y desempleado. No podías verlo como alguien que se atreviera a hablar con el sucesor del nombre Crawford, de esa manera.

Sin embargo, al momento siguiente, Kalian miró al hombre con una mirada fría como si supiera quién era el hombre y habló:

—Genos Sheldon.

Ante eso, el hombre lo rechazó.

—No, no. Llámame Snow ahora.

Una brillante sonrisa surgió bajo su espeso cabello castaño.

<<"Snow"... Significa "nieve".>>

Kalian lo miró con desaprobación.

—¿Qué pasa con el nombre ridículo?

La apariencia de la persona frente a él era tan ridícula como su nombre.

<<¿Y qué demonios pasaba con la peluca desordenada?>>

Pero cuando Kalian escuchó las palabras que siguieron, cerró la boca.

—Bueno, no puedo usar mi nombre original. Además, me gusta el invierno.

Su tono era despreocupado y tranquilo como si no le importara, pero al escuchar eso, la mirada de Kalian cambió ligeramente. Y sintiendo eso, Snow chasqueó la lengua.

—Sabía que serías así. Estoy muy satisfecho con mi vida en este momento, así que ¿puedes no mirarme así?

El hijo mayor de la noble familia Crawford que gobernó el Este, y Snow, un ciudadano promedio sin un trabajo decente. Cualquiera podría decir que esta relación no estaba en pie de igualdad. Sin embargo, estaban hablando entre ellos de manera casual como amigos cercanos.

—¿Qué estás haciendo aquí? ¿Has estado viviendo cerca de este lugar?

—Estoy en el próximo vecindario, así que vengo aquí a menudo ¿Que pasa contigo? ¿Viniste a inspeccionar o algo así?

—Yo-

Kalian estaba a punto de responder las preguntas de Snow, pero se detuvo por alguna razón. Su mirada estaba pegada a una esquina de la plaza y sintiendo curiosidad, Snow siguió su mirada y también miró en esa dirección.

—¡Oh! Es la Srta. Yuri.

Una vez que Kalian escuchó eso, su mirada se dirigió a Snow.

—¿La conoces?

—Ella es una empleada en la cafetería a la que voy regularmente.

Yuri acababa de salir de una florería y sostenía un puñado de flores amarillas. Fue una escena tan hermosa que todos los ojos se sintieron atraídos por ella, pero como si no sintiera ninguna mirada, la cara de Yuri estaba tan inexpresiva como siempre mientras atravesaba la multitud.

—¿Qué? ¿Estás interesado?— Snow sonrió maliciosamente cuando vio que la mirada de Kalian estaba paralizada hacia Yuri. —Bonita, ¿no es así? No vas a creer cuántos idiotas van a babear sobre ella en la cafetería.

Pero no era solo porque era bonita, la dama poseía un extraño encanto que atraía a la gente hacia ella.

—¿Pero un tipo aburrido como tú probablemente no es del tipo de la Srta. Yuri?

—No es así.

Kalian le habló fríamente a Snow, quien se reía y se burlaba de él como si se hubiera apoderado de su debilidad. Kalian apartó la mirada de la mujer que se alejaba más y luego le hizo una pregunta a Snow como si quisiera confirmar.

—Por cafetería cercana ¿te refieres a la tienda en la intersección? ¿El que está enfrente de la clínica?

—Uh, sí, pero... ¿qué, estás realmente interesado?

Snow volvió a preguntar con sorpresa, pero Kalian se dio la vuelta sin dar una respuesta y comenzó a alejarse.

—¡Oye, espera! ¡Oye!

Snow lo siguió, llamándolo, pero su voz no llegó a los oídos de Kalian.

Por extraño que parezca, la imagen de la mujer que Kalian vio antes seguía en su mente. Parece que pronto tendría que hacer una visita personal a la cafetería frente a la clínica.

**************************************

Yuri se detuvo en la clínica nuevamente.

Hestia, a quien ya habían tratado sus heridas, estaba sentada en el salón esperando a Anne-Marie.

—Hestia.

—¿Eh? Yuri-unni.

Cuando Yuri la llamó, los ojos de Hestia se abrieron y la miraron.

—Aquí, un regalo.

Yuri le dio a Hestia las flores que acababa de comprar en la florería. Y los ojos verdes frente a ella se abrieron un poco más.

—Querías darle a tu hermana un regalo de cumpleaños, ¿verdad?

Había dicho que hoy era el cumpleaños de Anne-Marie, pero las flores que Hestia compró habían sido pisoteadas y destruidas debajo del carruaje. Fue porque recordó esto que Yuri comenzó a dirigirse a la calle principal en lugar de irse a casa.

Las flores amarillas en los brazos de Yuri eran el mismo tipo de flores que Hestia sostenía antes en sus manos. Pero esas flores ahora estaban arruinadas, con tallos rotos y pétalos aplastados, por lo que Hestia no podía soportar dárselo a Anne-Marie.

Así que incluso ahora, se sentía deprimida, su cabeza bajaba y movía los dedos mientras esperaba a Anne-Marie.

—Esta flor... ¿realmente puedo dársela a mi hermana?

 

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