96. Te equivocaste de casa, villano

Capítulo 96

—Eso debe haber dolido ¿Qué estabas haciendo para lastimarte así?

Hestia frunció el ceño cuando vio a su amigo, quién se había acercado a jugar después de un buen rato.

Sus claros ojos verde lima estaban llenos de preocupación.

Su mirada estaba dirigida al pequeño bulto con orejas de animal y cola que era su amigo.

Leo.

Después de que se conocieron en el callejón cercano la última vez, Leo comenzó a ir a jugar a la casa de Hestia con bastante frecuencia. Se destacaría si entraba por la puerta y dado que Leo era más ágil de lo esperado, Hestia simplemente abrió la ventana en la parte trasera de la casa para que él saltara.

Luego ambos jugarían juntos mientras compartían bocadillos entre ellos.

Por supuesto, los días en que Anne-Marie estaba en casa, Hestia no podía llevarlo adentro, así que solo tomaba un bocadillo y salía a reunirse con él en el callejón.

Dicho esto, hoy Anne-Marie se fue a trabajar y la casa ahora estaba sola para que pudiera llevar a Leo adentro. No lo había visto en unos días y cuando finalmente lo vio, su cuerpo tenía algunas heridas que parecían estar hechas de algo afilado.

Eran las heridas que sufrió por el ataque de Odin hace algún tiempo cuando llegó a su escondite y el cuervos se robó la piedra roja de Yuri. Las heridas eran inicialmente mucho más profundas que esto, pero como era de esperar, el cuerpo de Leo podía sanar más rápido que el de las personas normales, por lo que ya estaban mucho mejor.

Sin embargo, la cara de Hestia se arrugó de preocupación cuando vio las cortadas que casi estaban desapareciendo.

Leo masticó las galletas que Hestia le dio y luego golpeó el suelo con la cola. Las palabras de su amiga le hicieron recordar lo que Odin le hizo hace un tiempo y su estado de ánimo empeoró. Sin embargo, aquella vez fue simplemente descuidado, por eso se lastimó. Así que la próxima vez, ¡definitivamente no sería derribado tan fácilmente!

—Krrng… Cuervo malo ¡Ganaré la próxima vez!— Así, Leo reforzó su determinación y declaró con valentía.

Al escuchar eso, Hestia pensó que él debía haberse peleado con un amigo. En primer lugar, esas cicatrices parecían arañazos y, cuando lo escuchó decir "Cuervo", no parecía que estuviera hablando de un pájaro real.

<<Entonces tal vez fue un apodo… ¿o tal vez fue alguien como Leo que tenía las características de un cuervo?>>

Hestia sintió curiosidad, pero por ahora, solo asintió.

—Sí, no sé por qué pelearon, pero no está bien que los amigos se lastimen de esta manera.

—¡No amigo!— Grito al instante.

La vista de Leo cerrando sus afilados colmillos hacia ella con ira por primera vez hizo que los ojos de Hestia se agrandaran.

—¿Oh? No son tus amigos. Lo siento. ¿Estás enojado?

Hestia se disculpó fácilmente. Ante eso, el impulso de Leo también vaciló y bajo la mirada y las orejas mientras fruncía el ceño.

—Cuervo, no... amigo.

—Bueno. No lo sabía, así que pensé que era tu amigo. Me retracto.

Cuando Hestia corrigió de inmediato su declaración, la ira de Leo se desvaneció rápidamente. Se sentó y volvió a doblar la cola, aunque un poco torpe.

La energía de su cola golpeando el suelo era obviamente mucho más débil que antes.

—Oh, espera. Le pondré medicina.— Hestia se puso de pie como si de repente lo recordara. —Mi hermana me enseñó, así que sé cómo hacerlo un poco.— Entró en una habitación y volvió a salir con un botiquín de primeros auxilios. —Puede que te pique un poco, pero no te muevas.

Después de decir eso, sacó lo que necesitaba de una manera bastante hábil y luego aplicó el tratamiento a las heridas del cachorro. En medio de eso, Leo trató de lamer donde ella aplicó la medicina y consiguiendo el regaño de Hestia, pero aparte de eso, el proceso fue bastante sencillo.

Finalmente, después de poner incluso un vendaje en Leo, Hestia lucía triunfante.

—¿Como estuvo? Lo hice bien, ¿verdad?

—Kng.

Leo estaba un poco incómodo porque no podía lamer sus heridas. Estaba a punto de arrancarse el vendaje del brazo con los dientes, pero de repente vio la expresión orgullosa de Hestia y dejó de moverse.

Al final, simplemente golpeó su cola contra el suelo y dejó el vendaje como estaba. Antes, le lanzó una rabieta estúpida a causa de Odin, así que decidió soportar la incomodidad.

Y una vez más enterró su nariz en el cuenco frente a él y comenzó a masticar sus bocadillos.

*¡Chomp, chomp, chomp!

—¡Toma esto también!

Al verlo así, Hestia sacó otra galleta y se la dio, la cual Leo acepto felizmente y se lo tragó.

—¿Puedo cepillar tu cola?— Hestia luego preguntó en voz baja.

Cuando trajo el botiquín de primeros auxilios antes, también había traído un cepillo y ahora estaba en su mano. Ella pidió verificar, pero parecía que Leo estaba absorto con los bocadillos, por lo que no la estaba escuchando.

La mano de Hestia se movió sigilosamente hacia la cola de Leo. Tan pronto como la piel esponjosa tocó su mano, las mejillas de Hestia se enrojecieron y comenzó a cepillar la esponjosa cola con cuidado.

*¡Chirrido! ¡Chirrido!

Mientras tanto, un gorrión que estaba junto a la ventana aleteo y desapareció en el cielo, pero Leo y Hestia, quienes estaban distraídos por cosas diferentes, no se dieron cuenta.

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La torre del alquimista. Y dentro de él, un taller privado que solo se suministraba a los mejores alquimistas.

En el interior, Damon Salvatore estaba concentrado por primera vez en mucho tiempo, tratando de hacer algo.

*¡Crepitar!

Una luz brillante brilló frente a él sin descanso. Se combinaron los materiales y se utilizó la piedra bendita para transformar sus propiedades y darle un nuevo poder.

Y un rato después, Damon miró el producto terminado con satisfacción.

—Bueno. Es un éxito.

Pensar que fue capaz de hacer lo que quería de inmediato. Como era de esperar, definitivamente era un genio. Por supuesto, había montones de productos fallidos al lado de Damon, pero esas cosas no podían entrar en su vista en este momento.

Trató de evaluar cuál sería el momento perfecto.

Iba a estar ocupado por un tiempo después de esto, así que pensó que sería mejor llevar a cabo su plan en tres o cuatro días.

Lo que Damon acaba de hacer fue una obra maestra que podría usar para encontrar al dueño de la mariposa que se atrevió a ridiculizarlo usando la piedra filosofal.

Recordó el contenido de la nota que leyó en el baño hace unos días y apretó los dientes.

<<Espera a que te ponga las manos encima. Definitivamente me ocuparé de ti.>>

Damon una vez más afirmó su determinación y finalmente comenzó a examinar cuidadosamente si había algo malo en lo que acababa de hacer.

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El tiempo pasó rápido y era hora de que Yuri volviera a la mansión Crawford.

—¡Estás aquí, Yuri!

Como la última vez, Bastian la recibió con los brazos abiertos. Anne-Marie también estaba a su lado.

—Hola, Srta Yuri.

—Hola.— Yuri devolvió el saludo de los dos.

Hoy, el mayordomo la llevó al invernadero. Cuando la estaba guiando por la mansión la última vez, dijo que podría ir al invernadero a menudo, pero esto era más rápido de lo que pensaba.

—Solo lo vi brevemente el otro día, pero el invernadero es bonito.

La recién llegada se acercó a Bastian y Anne-Marie que estaban sentados en la mesa de enfrente y luego tomó un asiento vacío. Y cuando le dio un cumplido cortés, Bastian abrió los ojos como platos.

Se llevó el puño a la boca para cubrir sus labios curvados y se aclaró la garganta sin ningún motivo.

—Ehem. En realidad, yo mismo cultivo este invernadero.

—Wow ¿En serio?— Anne-Marie reaccionó apropiadamente.

Por supuesto, ella realmente parecía impresionada por las palabras de Bastian.

—En efecto ¿Qué más puede hacer un anciano atrapado en el interior? Es algo que hago cuando estoy aburrido.— Lo dijo como si no fuera nada, pero su rostro estaba lleno de orgullo.

Sus ojos miraron a Yuri, y prácticamente decían "¡Alabadme más!". Y Yuri, cuya reacción fue débil, se sintió un poco agobiada por esos ojos intensos.

—Es agradable. Eres como un profesional.— Cuando respondió Bastian aguzó las orejas.

Afortunadamente, Anne-Marie intervino para ayudar.

—¡Estoy de acuerdo, abuelo! Es realmente increíble. Pensé que habían contratado a alguien para que se ocupara de ello. Yo también, quiero hacer, esto cuando sea mayor. Cuida un invernadero en casa y cría un perro.

Mientras continuaban sus alabanzas, los hombros de Bastian parecieron levantarse.

Yuri miró alrededor del interior del invernadero del que el viejo estaba presumiendo. Honestamente, la última oración que dijo Yuri fue bastante veraz. Por supuesto, todavía era demasiado pronto para pensar en la vejez.

De repente, Yuri recordó algo y abrió la boca.

—Ahora que lo pienso, no he escuchado a los perros afuera hoy.— Anne-Marie también miró a Bastian con curiosidad en sus ojos. —No creo que los haya visto durante un tiempo también.

—Hm, eso...

Pero por alguna razón, el rostro de Bastian se puso rígido por un momento. Y sospechosamente, parecía querer evitar responder a la pregunta de Yuri. En ese momento, ella sintió que alguien entraba por la entrada del invernadero.

—En realidad, el adiestrador de perros se despidió repentinamente por motivos personales para que otra persona se ocupara de los perros. Así que su tiempo de caminata también ha cambiado.

—Ah ¿En serio?

Bastian respondió, aparentemente sin darse cuenta aún de que alguien había llegado al invernadero.

Anne-Marie no sospechó nada y asintió con la cabeza para demostrar que entendía. Sin embargo, Yuri de alguna manera sintió que estaba escondiendo algo. Pero como Bastian cerró la boca y empezó a beber su té, ella no dijo nada más.

*Pasos.

Y finalmente, alguien entró en el salón del invernadero.

—Padre.

Una voz baja sonó en los oídos de Yuri. La persona que apareció fue Dominic Crawford, el actual jefe de la familia Crawford y el que ella conoció en el edificio anexo.

—¿Qué es? ¿Por qué estás aquí en este momento?— Bastian le frunció el ceño. Su mirada sobre Dominic estaba plagada de insatisfacción.

—Mi reunión terminó temprano, así que acabo de regresar.— Dominic respondió con calma y sin inmutarse. —Veo que tienes invitados.

aulas dos mujeres que estaban al lado de Bastian. Primero miró a Anne-Marie y luego habló.

—Debes ser el nuevo cuidador.

—Sí. Es un placer conocerlo. Soy Anne-Marie.

Ante eso, Anne-Marie lo saludó apresuradamente. Después de eso, sus profundos ojos azules se movieron hacia Yuri, pero era imposible saber lo que estaba pensando.

—Te conocí la última vez. Creo que dijiste que te contrataron como interlocutor de padre.

—Sí.

Yuri respondió brevemente, después de un lento parpadeo de sus ojos. La mirada de Dominic permaneció un poco más en Yuri que en Anne-Marie.

—Los contraté, así que no es necesario que les prestes atención.

En ese momento, Bastian habló, sin molestarse en ocultar su disgusto. Entonces Dominic apartó la mirada de Yuri y abrió la boca.

—Ahora que lo pienso, me olvidé de hacer una fiesta de bienvenida para los nuevos empleados.