71. Te equivocaste de casa, villano

Capítulo 71.

Los ojos de Lakis temblaron ligeramente ante mi brusca pregunta. Sus ojos estaban fijos en mí sin siquiera parpadear una sola vez.

Luego abrió la boca, pero continué hablando antes de que él pudiera responder.

—Si yo no fuera quien te ayudó, probablemente te interesaría esa otra persona, ¿verdad?

Realmente no quería escuchar su respuesta. Si la persona que lo salvó cuando se derrumbó afuera no era yo, sino Anne-Marie... ¿A Lakis no le gustaría ella, como en la novela?

No pude evitar tener ese pensamiento.

—Honestamente, probablemente no importaría incluso si yo no fuera quien te ayudó en ese entonces...

Por supuesto, esto no significaba que no podía aceptar a Lakis porque me molestaba. De hecho, no era tan importante para mí. Sobre todo, no había ninguna ley que dijera que los acontecimientos de la novela deben tener lugar en la realidad. Entonces supe que no tenía sentido hacer suposiciones al respecto.

Sin embargo, la razón por la que mencioné esto ahora con Lakis fue porque sentí que era algo que él también debía considerar.

—E incluso si no fueras tú quien se desmayó frente a mi casa, probablemente no me importaría.

Y tenía algunas dudas.

Obviamente, tuve una impresión favorable de Lakis, aunque no tanto como la suya. Pero no podía decir si esa favorabilidad era solo por él o porque se convirtió en un medio que me ayudó a recuperar mis emociones.

Tal vez era simplemente que había estado esperando el calor que él me daba, así que quería mantenerlo a mi lado.

Además, si fue otra persona que no sea Lakis quien me sacó esta reacción cuando nos tocamos, también podría haber sentido los mismos sentimientos hacia esa persona.

Y cuando dije eso, la mirada de Lakis cambió. Pronto, sus labios se separaron lentamente y salió una voz mucho más baja que antes.

—Eso… Eso no importa.— Su ronca voz pasó volando por mis tímpanos. —Lo que importa es que te conocí y tú me conociste a mí.

Los ojos frente a mí estaban ligeramente fríos. Moví mi mano y suavemente coloqué mis dedos en el dorso de su mano. Como siempre, tan pronto como nuestra piel se tocó, varias emociones me invadieron.

Todavía no había encontrado un patrón para esto, pero la estimulación no era tan grande como antes, donde no podía controlarme. Entonces todavía podía hablar en un estado mental racional.

—Me gusta tomar su mano, Sr. Lakis.

Y cuando entrelacé nuestros dedos, su cuerpo se encogió ligeramente. Al ver a Lakis así, lentamente bajé la cabeza. Mi cabello se deslizó por mis hombros y cayó sobre su pecho.

—Besarte también...— Suavemente superpuse mis labios con el rostro helado de Lakis. —... Creo que es agradable.— Apoye mi cuerpo sobre el suyo y recosté mi frente sobre la suya. —Pero si me preguntas si me gustas... bueno, no lo sé.— Los ojos azules de Lakis miraron los míos sin el más mínimo movimiento. —Pero aún así... ¿te gusto?

Honestamente, no sabía qué tipo de respuesta quería escuchar de él. Tal vez fue un sí, o tal vez fue un no. Sin embargo, planeé decidir mi actitud futura basada en la respuesta que me fuera a dar ahora.

Por supuesto, sabía que era cobarde pasarle la responsabilidad a alguien más como este.

Y pronto, mi mano que estaba enredada con la suya fue apretada tan fuerte que me dolió.

—No sé por qué tienes que pensar tanto.

Una tenue sonrisa floreció en sus apretados labios. Vi una luz fría destellar a través de sus claros ojos azules por un momento.

—Si te gusta tomarme la mano o besarme...— Su otra mano que no sostenía se movió hacia mi cuello.

—Entonces puedes seguir haciéndolo.

Y justo después, Lakis tiró de mi cuello hacia él y se tragó mis labios. Me mordió los labios inferiores dolorosamente y sin saberlo gemí suavemente. Fue lo más duro que me había besado antes. Mordió, lamió y chupó hasta que me dolieron los labios y la lengua.

Pero no fue solo dolor; El calor se extendió desde todas partes Lakis me tocó y en todo mi cuerpo la piel se me erizó.

—Ah... espera, hnm.

Intenté inconscientemente mover mi cabeza hacia atrás, pero Lakis me sostuvo la parte posterior de la cabeza con firmeza, por lo que el intento falló. En cambio, me abrazó más fuerte y me atrajo más cerca. Ya no había ni una sola brecha que separara nuestros cuerpos.

Sentí que me faltaba el aliento y me ardían las mejillas. Mi cuerpo se cansó lentamente deje de intentar separarme, y solo entonces, la mano que sostenía mi cuello se deslizó hacia abajo para ahuecar mi cara.

En el momento en que su dedo tocó mi oreja, mi hombro se encogió inconscientemente. Entonces Lakis hizo una pausa por un momento, antes de comenzar a tocar mi oreja descaradamente y lamerlo.

Subconscientemente apreté mi agarre sobre sus hombros. Un sonido que no podía imaginar saliendo de mi boca antes, surgió de mi garganta.

*¡Plaf!

Luego, independientemente de mi voluntad, mi cuerpo se volcó. De repente, nuestras posiciones se invirtieron y Lakis se inclinó sobre mí.

Su mano que estimulaba mi oído se deslizó hasta mi cuello. Los labios de Lakis cubrieron brevemente los míos y después de un mordisco, los presionó contra mi barbilla y continuó hacia abajo.

—Sr. Lakis...

Mi pecho subía y bajaba amenazadoramente. Me quedé sin aliento y moví mis labios ligeramente. La sensación de la cara de Lakis en mi cuello era cosquilleante.

—Detente... detengámonos ahora.

Me las arreglé para usar mi voz. Pero no pareció llegar a sus oídos. Sin embargo, como una ilusión, su movimiento disminuyó cuando agregué:

—Es un poco... aterrador.

Finalmente, los labios de mi piel desnuda se fueron. El calor anterior en mi cuello se sintió un poco frío.

No era tan malo como la mía, pero la respiración de Lakis también era un poco áspera y dispersa.

Se quedó así por un momento y luego levantó la cabeza. Mientras tanto, también me quedé sin aliento para poder hablar más fácilmente que antes.

—Puede que tenga mucha experiencia con esto, Sr. Lakis...

Nuestras miradas estaban cerradas y pude ver un calor abrasador en sus ojos que aún no se había enfriado. Y al ver eso, sentí que mi cuerpo estaba cada vez más caliente.

—... Pero es la primera vez para mí, así que... esto es demasiado de repente...

Las palabras salieron de mi boca antes de que pudiera pensar y organizarlas. Incluso yo no sabía exactamente qué quería decir. No era que odiara cuando Lakis hizo este tipo de cosas. Por el contrario, al igual que tomarse de las manos y besarse, pensé que lo que acabamos de hacer también fue "agradable". Sin embargo, estaba un poco indecisa de hacer algo más que esto.

Sobre todo, no sentí que fuera correcto dejarse llevar por una atmósfera como esta y cruzar la línea.

Por alguna razón, sentí que Lakis se detendría si quisiera, y lo pensé bien.

Mientras estábamos frente a frente, pude ver por un momento un conflicto emocional surgir en sus ojos azules. Poco después, apoyó su cabeza sobre mi hombro con un golpecito. Entonces su voz suprimida se extendió a mi oído.

—Pensaste... que daba miedo.

Me detuve al instante.

De alguna manera, fue sorprendente que Lakis Avalon, de todas las personas, tuviera ese pensamiento. Sobre todo, también fue sorprendente porque me di cuenta de que pensé que era un malentendido mientras él daba un suspiro de alivio pero reprimido.

Te hace preguntarte ¿por qué?

En ese momento, un extraño sentimiento brotó en mi mente, pero fue difícil explicar exactamente qué era. Inconscientemente extendí la mano y palmeé la espalda de Lakis. Ante eso, él levantó la cabeza, un poco perplejo.

—… ¿Qué estás haciendo?

—Mm, no sé... solo quería hacer esto.

Me miró con una mirada difícil de explicar. Luego dio un suspiro y bajó la cabeza de nuevo. Su rostro cayó sobre mi cuello.

Me estremecí brevemente pero los labios de Lakis no tocaron mi cuello como antes, así que lentamente me relajé. Luego él solo se quedó así, tocándome pero sin hacer nada.

Mientras tanto, lo volví a palmear lentamente. De alguna manera, cuanto más nos quedamos así, más cómodo y cálido se volvió. Y una vez que mi cuerpo caliente se había enfriado y la fatiga comenzó a asentarse. El cuerpo de Lakis encima de mí era bastante pesado, pero cálido. Y tal vez gracias a eso, mis ojos se cerraron lentamente.

Mi mano acariciando su espalda lentamente dejó de moverse. Después de un tiempo, Lakis me preguntó con una voz un tanto desanimada si realmente me iba a dormir, pero me estaba volviendo cada vez más somnolienta y no podía responder.

Así, me quedé dormida en una extraña comodidad.