Capítulo 74
Como era de esperar, el sirviente regresó con una mirada incómoda en la cara.
—Hay un invitado en este momento, así que creo que tiene que esperar un poco. No debería tomar mucho tiempo ¿Le gustaría esperar en el salón?
Estaba a punto de asentir ante su recomendación, pero una voz familiar llegó a mis oídos.
—Señor, por favor calmese. No es bueno para su cuerpo si se exalta demasiado.
—Aish, ¿Y de quién crees que es la culpa que este así en este momento?
<<... ¿Anne-marie?>>
Mis ojos volaron en la dirección del sonido. Inconscientemente me acerqué a la esquina del pasillo y vi al mayordomo parado frente a la puerta por la que antes había salido.
—Sí, lo siento. Sé que al señor no le gusto.
Esta voz suave y cristalina era definitivamente la de Anne-Marie. En aquel entonces, en la clínica, recuerdo que ella dijo que cuidaría a este abuelo. ¿Es por eso que ella estuvo aquí hoy? Pero, ¿por qué el estado de ánimo es así?
—Pero aún así, gracias por verme hoy. Después de que dejó la clínica así, estaba muy preocupada y no pude verlo ayer. Me alegra que se vea saludable.
La voz de Anne-Marie de alguna manera emitió un sentimiento de tristeza que me detuvo. Quizás las emociones en su voz paralizaron la ira del viejo porque después de una pausa, su voz sonó mucho más suave que antes.
—Ehem. Ahora que has visto mi cara, cumple tu promesa y no vuelvas de nuevo.
—Sí, lamento molestarlo. Le deseo lo mejor. Adiós.
La puerta se abrió después de eso y Anne-Marie salió de la habitación como esperaba. Ella asintió con la cabeza al mayordomo antes de girarse hacia donde estaba parada. Al momento siguiente, nuestros ojos se encontraron de inmediato.
—¿Huh? ¿Srta. Yuri?— Sus ojos se abrieron con sorpresa una vez que me encontró de pie a un lado del pasillo.
—Em... Anne-Marie, no esperaba verte aquí.
También actué como si no supiera que ella estaba aquí. Afortunadamente, ella se veía bien, por su voz, pensé que estaba a punto de llorar.
—Em... Srta. Yuri, ¿qué hace aquí?...
—¡Espera!
Justo cuando estaba a punto de acercarse a mí, el viejo salió rápidamente de la habitación y llamó a Anne-Marie.
—Espera, de hecho has trabajado durante unos días, así que deberías recibir tu pago...
Luego se sorprendió al verme de pie en el pasillo ya que se suponía que tenía que irme. La mirada de Anne-Marie y la mía se volvieron hacia el viejo al mismo tiempo.
—¿Y-Yuri? ¿Aún no te has ido?— Me preguntó, luciendo de alguna manera nervioso.
—Sí, dejé mi abrigo en la habitación.
—Oh. Oh, ya veo. ¡Sebastian ¿qué haces?! ¡Entra y tómalo rápido!
Los ojos del anciano temblaron cuando me miró, luego se volvió hacia el mayordomo y lo regañó.
—Bueno... me voy a ir ahora.
Al sentir algo extraño en esta situación, Anne-Marie abrió la boca con un rostro perplejo. Al escuchar eso, le hablé.
—Volvamos juntas. De todos modos vamos por el mismo camino.
—Ah, si.
En ese momento, el viejo interrumpió, luciendo más nervioso que antes.
—Tú... ¿Ustedes dos se conocen?
Supongo que no escuchó a Anne-Marie gritar mi nombre cuando él y el mayordomo gritaban "Selena" la última vez, frente a la clínica. Bueno, no es que no pudiera entenderlo. Tenía sentido teniendo en cuenta que era bastante caótico en ese entonces y que el viejo incluso se había desmayado después de eso.
Mis labios se separaron cuando comencé a responder su pregunta. Entonces noté que frente a mí, Anne-Marie me miraba con ojos extrañamente chispeantes. Había una leve expectativa en sus ojos esmeralda.
No pude resistir esa presión silenciosa, así que respondí:
—… Ella es mi amiga.
Al instante, la cara de Anne-Marie se sonrojó con un resplandor brillante mientras el viejo se oscureció.
—A-ah... ah, ya veo.
De alguna manera, sentí que estaba nervioso porque lo había escuchado gritar y molestar a Anne-Marie antes.
—Aqui tienes.— En medio de esto, el mayordomo salió de la habitación con mi abrigo.
—Bueno, nos iremos.
—Adiós.
Nos despedimos del viejo y nos dimos la vuelta.
—¡Espera!
En ese mismo momento, el viejo llamó en voz alta detrás de nosotras. Su llamada parecía un tanto frenética que no pude evitar mirar atrás.
—A-Anne-Marie.
—¿Si?
—No pude ser honesto contigo antes. No quiero que dejes de ser mi cuidadora.— Al escuchar las palabras del anciano, el mayordomo y Anne-Marie se sorprendieron. —Me he vuelto más terco a medida que envejezco. Incluso si no me siento así, fui innecesariamente duro contigo.
—Señor…
—¿Por qué crees que quería hacerte partir tan pronto como te vi en la puerta? ¿No es porque me sentí incómodo enviándote así?
Su expresión se volvió abatida, como si estuviera tratando de atacar el débil corazón de Anne-Marie.
Sin embargo, lo que escuché de su boca antes definitivamente no era que él cancelara el despido de su cuidador. En cambio, parecía que le estaba diciendo que tomara su salario diario. Por supuesto, ya que el anciano la siguió personalmente para hacerse cargo de su pago, no era tan frío como parecía en el exterior.
Y recordé lo que el viejo le dijo al mayordomo frente a la clínica la última vez.
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—¿Realmente tienes que ser así? Parece una buena señorita, ¿por qué no lo aceptas esta vez...?
—¡Eres un bastardo sin conciencia! Ella es una buena niña, así que ¡más razones para no quedarse con ella! ¡Ah, date prisa y entra!
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Entonces la persona de la que hablaban en ese entonces era realmente Anne-Marie. ¿Estaba tratando de alejarla porque pensaba que mantenerla la molestaría sin razón? ¿Pero cambió de opinión ahora y estaba tratando de contratarla de nuevo?
—Señor, ¿estás realmente de acuerdo conmigo?
Como era de esperarse, la amable Anne-Marie se dejó llevar por sus palabras y preguntó, luciendo un poco llorosa. Ante eso, el viejo gritó con elevó una voz determinada.
—¿De qué estás hablando? Tenías que ser tú.
La escena que se desarrollaba ante mis ojos merecía ser llamada conmovedora. El mayordomo parado al lado del viejo sacó su pañuelo y se secó los ojos.
El viejo tomó la mano de Anne-Marie y clavó el último clavo.
—Así que por favor, cuídame de ahora en adelante, querida.
De alguna manera, sentí que en ese momento los ojos del viejo brillaban como si dijera "¡tal como estaba planeado!". Pero una segunda mirada mostró que sus ojos seguían llenos de emoción, así que pensé que podría haber visto mal.
De cualquier manera, así, Anne-Marie fue contratada como cuidadora del anciano que vivía en la gran mansión.
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Después de un rato, Anne-Marie y yo salimos de la mansión.
—¡Yuri!
Y tan pronto como salí por la puerta principal, me encontré con Gilbert, que deambulaba como un perro callejero.
—Sr. Gilbert, ¿qué hace aquí?
Estaba caminando ansiosamente de un lado a otro por la puerta principal y una vez que me vio, corrió a la velocidad de un rayo.
—¡Estaba preocupado, así que vine! ¿Está todo bien? ¿No paso nada malo allí dentro?
—Si. No pasó nada.
Estaba un poco sorprendida por sus palabras. Pensar que alguien con una fobia aristocrática vendría hasta aquí porque estaba preocupado por mí.
—¿Qué pasa con la tienda?
—La cerré antes de venir. Olvídese de la tienda, usted es más importante.
E incluso cerró la tienda. Como pensé, el Sr. Gilbert era una buena persona.
Solo parecía aliviado después de escuchar mi respuesta y después de eso, notó a Anne-Marie a mi lado.
—Srta. Anne-Marie... ¿Usted también estaba aquí? ¿Vinieron juntas?
—No, estoy aquí como la cuidadora del anciano que vive aquí.
—¿Oh, enserio? Hmm, entonces supongo que no es un noble extraño.
Cuando Anne-Marie dijo que estaba trabajando como cuidadora, Gilbert parecía completamente aliviado. Por supuesto, el hecho de que ella trabajara aquí como cuidadora no demostró el carácter de las personas en esta casa. Sin embargo, parece que estaba extrañamente aliviado de saber que al menos alguien que él conocía estaba involucrado.
Y con eso, los tres tomamos armoniosamente un carruaje de regreso a Ferret Street.
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—Adiós, Srta. Yuri.
—Descansa, Anne-Marie.
Mientras se acercaban a la casa, ambas mujeres se despidieron y se separaron para entrar a su respectivo hogar. Como fue a la casa del anciano y vino justo después, llegó a casa antes de lo habitual.
Entonces tal vez por eso. Lakis no estaba en casa.
—......
Yuri entró en la casa y miró a su alrededor, pero hacer eso no significaba que alguien que no estaba en casa apareciera de repente. Parece que Lakis salió hoy como siempre, pero debido a que Yuri dejó el trabajo temprano, desafortunadamente regresó a una casa vacía.
Ella reflexionó por un momento.
<<¿Debo salir de nuevo hasta que regrese Lakis?>>
Pero justo cuando daba un paso hacia la puerta, un pensamiento diferente repentinamente pasó por su mente.
<<... ¿Tal vez no es que salió?>>


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