Capítulo 73
—Por cierto, esto puede llevar un tiempo, ¿puedo irme a casa después de pasar?
—¡Sí, por supuesto!
Todavía faltaban aproximadamente dos horas y media antes de que terminara su horario de trabajo, pero Gilbert felizmente lo permitió salir antes. La despidió con un "cuídate" y hasta le trajo y la ayudó a ponerse su abrigo personalmente.
Y así, con la cálida despedida de Gilbert, Yuri salió de la cafetería.
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Tomé un carruaje y finalmente llegué a la ubicación designada en el mapa.
*¡Relinchar!
Cuando el carruaje se fue, sopló una ráfaga de viento en mi dirección, haciendo que mi cabello y mi vestido revoloteen con él.
Me sorprendió un poco ver la imponente gran mansión frente a mí.
<<Esta casa parece un palacio. Sabía que el abuelo era una noble, pero esto......>>
Aunque solo lo estaba mirando desde la puerta principal, me di cuenta de que la mansión era enorme.
<<Bueno, solo estoy aquí para entregar sus cosas>>
*Paso.
Me acerqué al enorme portón metálico.
*Creak ... Rechinido metálico.
Entonces, como si estuviera esperando, la enorme puerta frente a mí se abrió. Y más allá de la puerta estaba el mayordomo mayor que conocí la última vez.
Me sonrió y me saludó cortésmente.
—Bienvenida. La estabamos esperando.
Di un paso más cerca antes de responder a su saludo.
—Hola. El señor dejó algo en nuestra cafetería el otro día, así que estoy aquí para devolverlo.
—Sí, por favor entra.
Ante las palabras del mayordomo, titulé mi cabeza ligeramente.
—Me gustaría que usted se lo entregara.
—Solo soy un mayordomo, así que no tengo tanta autoridad.— El tipo sacudió la cabeza ante mis palabras. Luego hizo un gesto dentro de la mansión de nuevo y habló. —Por favor, entre. Mi maestro la está esperando.
Fue un desarrollo algo obvio, pero decidí dejarlo pasar.
—Bien, entonces.
Después de decidir, comencé a caminar hacia adelante nuevamente. Al entrar a la mansión mire al rededor mientras seguía desde atrás al mayordomo, y el interior del lugar era tan enorme, lujoso y antiguo como su exterior. Parecía que era interminable.
Mientras hacía solicitudes como Aracne, había visitado varias familias aristocráticas, pero no creo haber visto ninguna casa tan majestuosa como esta. No se trataba solo de su tamaño. Se sentía como si hubiera clase y dignidad fluyendo por toda la mansión.
No tendría esa atmósfera a menos que fuera una familia bastante histórica. Incluso los criados que vi mientras seguía al mayordomo exudaban elegancia.
Comencé a sentir un poco de curiosidad por la identidad del anciano que también era el dueño de esta casa.
Nos detuvimos frente a una puerta.
—Señor. La Srta. Yuri está aquí para verle.
—¡Dejála entrar!
Y como si esperaran, una respuesta rápida vino de la puerta.
—Puede entrar.— Dijo el mayordomo con otra sonrisa inofensiva. Entré por la puerta que él mantenía abierta.
—¡Bienvenida, Yuri!
El viejo que estaba sentado en un sillón junto a la ventana se levantó con el rostro iluminado para darme la bienvenida. Parecía que había estado esperando mi visita por bastante tiempo.
—Hola. Dejó algo en la cafetería, ¿recuerda?
—Te refieres a mi bastón. Gracias por traerlo personalmente, de verdad. Gracias.
Me acerqué a él y le entregué el bastón que sostenía.
—¿Fue difícil llegar aquí?
—No. Fue fácil de encontrarla porque amablemente dejo la direccion de su casa debajo de la mesa donde se sentó.
—Eh... Ehem. Me pregunto cómo cayó un mapa allí abajo.
Quizás mis palabras contundentes lo pincharon porque el viejo fingió toser y actuó como si no supiera nada.
—Bueno, adiós.
—¿Qué? ¿Ya te vas?
—Solo vine a devolverle lo que es suyo.
—¡No puedo dejarlo así! Viniste aquí desde tan lejos, que al menos debería invitarte una taza de té.
— Se sorprendió por lo que dije y se me acercó en su bastón. —Quería ofrecerte un delicioso té ¿Que dices?
Al ver la triste luz en los ojos del anciano, me quedé en silencio por un momento. Parecía querer detenerme si era posible. ¿Me parecía tanto a su hija?
No pensé que él hizo todo esto para dañarme de ninguna manera y ver la expresión lamentable en su rostro debilitó mi corazón. Así que finalmente cedí.
—Bueno. Tomaré una taza de té antes de irme.
—¡Si! Gracias, cariño.
La cara del viejo se iluminó e inmediatamente llamó al mayordomo fuera de la habitación en voz alta, diciendo que trajeran refrescos lo antes posible. Parecía querer que se apuraran antes de que cambiara de opinión o algo así.
Por invitación del anciano, me senté con él mientras que los sirvientes preparaban los bocadillos y servían el té.
—¿Te gusta el té?
—Sí, huele bien.
Cuando asentí y respondí, me miró con una mirada nostálgica en los ojos antes de decir.
—A mi hija también le gustó mucho este té.
—Hm.— Al escuchar eso, me pregunté si debería preguntar o no, luego decidí ir a por ello. —¿Me parezco tanto a tu hija?
—¡Oh, me sorprendió lo suficiente como para pensar que mi hija volvió a la vida! Tengo sus retratos en la galería. Si tienes curiosidad, ¿te lo enseño?
—No soy tan curiosa.
—... D-de acuerdo...
Comprendí lo que estaba sintiendo el viejo, pero realmente no quería ir a la galería para ver retratos que solo me harán sentir incómoda, así que me negué. Ante eso, el viejo bajó la mirada hoscamente.
—¿Cuánto tiempo has estado trabajando en la cafetería?
Pero rápidamente recuperó su espíritu y comenzó a hacer preguntas en un tono secreto como lo hizo en la cafetería la última vez.
—Alrededor de dos años.
—¿El trabajo es duro?
—No es difícil, mi jefe es muy considerado conmigo.
—Eso es bueno.
Pero a diferencia de sus palabras, el viejo parecía extrañamente decepcionado. ¿Quería que dijera que fue difícil? Aún así, él rápidamente manejó su expresión y continuó hablando.
—... Ahora que estoy a esta edad, sé que su salud es lo más importante. Si tiene algún problema, no se exceda. Sólo cuídate.
—Si.
—Bien, ¿están tus padres en el Este?
—No. Mis padres fallecieron.
—Oh, no. No debería haber preguntado eso.
—No, esta bien. Fue hace mucho tiempo.
El viejo parecía sentir pena por su error, pero realmente no me importaba. He sido huérfana durante tanto tiempo que ni siquiera recordaba a mis padres en absoluto.
—Ya veo... si eras una niña, entonces debe haber sido difícil para ti por tanto tiempo.
Luego parecía que estaba pensando en algo por un momento. Mientras tanto, drené el té restante en la taza. Después de un rato, el viejo parecía haber decidido algo y volvió a abrir la boca.
—Um... niña. Tal vez-
*Toc Toc.
En ese momento, el sonido de alguien tocando la puerta detuvo sus palabras y se escuchó la voz del mayordomo.
—Señor ¿Puedo interrumpir por un momento?
—¿Qué es?
La cara del anciano se arrugó con insatisfacción, pero permitió su entrada. El mayordomo abrió la puerta y entró, luego susurró algo al oído del anciano.
—¿Qué? ¿Esa cosa persistente vino de nuevo?
—Hoy aguanta diciendo que no volverá hasta que vea su rostro, señor...
El mayordomo parecía incómodo mientras que el viejo parecía que no tenía palabras. Parecía que había venido un invitado y, por el aspecto de las cosas, el viejo tenía que ir a verlo ahora.
Efectivamente, como esperaba, el viejo se volvió hacia mí y habló disculpándose.
—Creo que necesito salir un poco. Por favor, espere aquí un poco.
Sacudí mi cabeza a eso.
—No. Regresaré ahora. Puedes tomarte tu tiempo con lo que necesita hacer.
—¿Eh? ¿Ya?
—Si. Ya he terminado mi té.
Ante mis palabras, el viejo miró rápidamente la mesa. Como seguía bebiendo mientras él hablaba, mi taza de té se había quedado vacía en algún momento.
—Realmente disfruté el té, gracias. Entonces, lo veré más tarde.
Con eso, me levanté y salí de la habitación, dejando atrás al viejo cuyos labios aún se abrían y cerraban.
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<<Ah, me olvidé mi abrigo>>
Tan pronto como salí y doblé la esquina del pasillo, recordé lo que había dejado en la habitación. Antes de tomar té, me quité el abrigo y lo puse en la silla a mi lado por recomendación del viejo.
—¿Pasa algo?
Cuando dejé de caminar, el criado que estaba actuando como mi guía se dio la vuelta y me preguntó.
—Dejé algo en la habitación, así que necesito regresar y buscarlo.
—Te lo traeré. ¿Qué se olvidó?
—Mi abrigo. Debería estar en la silla.
—Está bien, por favor espere un momento.
El criado dijo que irían en mi lugar, así que rápidamente fue a buscarlo y yo me quedé en el pasillo esperándolo.
—Dije que no vengas aquí, ¡pero has venido otra vez!
En ese momento, el sonido del viejo perdiendo la paciencia con alguien sonó en el pasillo. Tal vez sea porque el pasillo no estaba demasiado lejos de la habitación en la que estaba que podía escuchar claramente la enojada voz del anciano.
Ya lo podía decir por la atmósfera anterior, pero el invitado que vino parecía ser un visitante desagradable para el viejo.


Gracias por los capítulos trato de ponerme al corriente 😅
ResponderBorrarOh algo me dice que la persona es la tierna Anne-Marie. Espero que no (´ ∀ ` *).
ResponderBorrarGracias por la traducción☆⌒(≧▽° )